Finalmente hace unos días ya pude volver a negarme a la comida, a sentirme liviana y contenta conmigo misma por no arruinar mis propias metas. La foto es la belleza en persona.
Él ya se fue. El Miércoles empiezo a cursar las clases de apoyo en la facultad = rutina de estudio. Retomé mis prácticas de vóley. Lamentablemente esta actividad me incrementa el apetito. ODIO ESTAR TAN ANSIOSA Y COMER COMO SI FUERA LA ÚLTIMA VEZ EN MI VIDA QUE TENGO COMIDA. Odio sentirme gorda. Odio que mis padres me obliguen a comer. ODIO LA COMIDA MALDITA QUE ME HINCHA.